Solo perdido y abandonado, se encuentra este pequeño
castillo, refugio de la antigua nobleza .Allí en lo alto de la loma, perdido
entre bosques y ríos, descansa dormido, en el claro, medio escondido.
Un gran lugar, uno de los pocos que se pueden encontrar
inmaculados y vírgenes, pasear por sus enormes estancias, cada una de ellas mas
grande que la otra, fue un pequeño placer, parecía un niño con zapatos nuevos,
ya que cada habitación tiene una decoración distinta, realizada con distintos
motivos, te podías perder entre
las imágenes y cenefas alli representados.
Era increíble el colorido de esas antiguas pinturas, que cobraban vida delante
de los ojos, parecía invitar a que entraras en su mundo, y junto con el gran
espacio que tenia cada habitación, el mágico momento estaba asegurado. Espero
que os gusten las fotos ya que no he conseguido reflejar ni por asomo la
grandiosidad de esas salas.