Transportados por un cálida brisa, llegamos a este lugar
donde reina la soledad y la tranquilidad, dejándonos llevar por la calma reinante
de los largos pasillos, por los que antaño circulaba gente mayor con su tranquilo
andar, y las siempre prisas de enfermeras y cuidadoras.
Cuidadosas camas recién hechas, nos invitan a soñar como
seria este lugar, habitaciones numeradas y con fotografía de quien allí moraba,
objetos personales de sus inquilinos, y multitud de cosas más, impiden que sea
un reportaje fotográfico corto, pues son cientos de fotos realizadas, y más las
sensaciones reencontradas.