En lo alto de cedro donde se domina el horizonte, con el ojo
a leguas de la llanura castellana, se
encuentra este apartado hotel ahora abandonado por dentro.
Amargura de su esplendor, trasformado en diáfano y ancho su
interior, de la ruda piedra construido, al
padre tiempo quiere ganar, y en su fortaleza
de momento es audaz pues entero aun esta.
Visitado y publicado conjuntamente con Érase una vez... Xanadú.